Septiembre es un mes en el que en ocasiones la vida se nos puede hacer más cuesta arriba. Los días se acortan, el otoño y los cambios de tiempo se abren paso y para la gran mayoría, se acaban las vacaciones estivales, lo que nos hace tener que afrontar la vuelta a la rutina tras las vacaciones.
La vuelta a la rutina nunca es sencilla, pues son numerosos los cambios que debemos afrontar en nuestro día a día. Para evitar caer en la apatía y la desesperanza, existen una serie de trucos que podemos aplicar a nuestra vida para que el fin del verano y la vuelta a nuestras obligaciones se nos haga más sencillo.
Si deseas saber más sobre este tema solo tienes que seguir leyendo el artículo.
Las vacaciones estivales son el sinónimo de la buena vida. los días son largos, la vida placentera y las horas transcurren mientras hacemos cosas que nos llenan como persona, ya sea viajar, descansar, practicar una afición, etc.
Pero todo lo bueno se acaba, y al llegar a septiembre nos vemos de nuevo atrapados en una vorágine de horarios interminables, mal tiempo y obligaciones que atender. Este desajuste entre la vida placentera de las vacaciones y nuestra estresante vida diaria se conoce como síndrome postvacacional.
El síndrome postvacacional, se define como un estado que se produce en las personas al no poder adaptarse correctamente a la vuelta a la vida diaria tras un periodo vacacional. Este se puede presentar de diversas formas, pero las más destacadas son:
Como podemos ver, lo habitual es padecer a la vuelta de vacaciones un cuadro de debilidad generalizada y astenia. Puede haber problemas de insomnio que conviven con una somnolencia importante a lo largo del día. La capacidad de concentración se ve limitada, lo cual hace decrecer el rendimiento en nuestras tareas diarias.
Este tipo de síntomas, aunque habituales, pueden hacer que la persona cambie su carácter y comience a ser más irritable o incluso a llegar a presentar la sintomatología de una depresión. Para evitar que esto sea grave podemos seguir algunos de los consejos que desgranamos a continuación.
Septiembre suele ser un mes de tiempo variable, pero si la meteorología acompaña, puede resultar uno de los mejores meses para disfrutar de las actividades al aire libre. Así pues, unos paseos por el campo, o una tarde larga con amigos puede seguir siendo una posibilidad estas semanas.
Además, podremos aprovechar para realizar ejercicio al aire libre, con el beneficio físico y mental que nos aporta. Es, sin ninguna duda, una época ideal para quedar con nuestros más allegados y hacer un poco de terapia de grupo.
No hay nada como la vuelta a la rutina para volver a retomar nuestras buenas costumbres. Por desgracia, en el periodo vacacional solemos descuidar nuestros hábitos alimentarios, de ejercicio y de sueño.
El comer a deshoras y con excesos, la falta de ejercicio, la ingesta elevada de alcohol… El verano puede ser un momento en el que descuidemos nuestra forma. Por ello, septiembre es el momento de tomarse en serio nuestra salud y volver a comer sano y equilibrado; a la par que recuperamos nuestras costumbres de sueño y ejercicio.
Para muchos, el verano y todo el tiempo libre que nos aporta es el momento perfecto para practicar algunas de nuestras aficiones. Sin embargo, para otros no es posible, por desidia o imposibilidad técnica (es difícil poder tocar el piano en nuestro hotel vacacional).
Así pues, la vuelta a la rutina constituye el momento perfecto para retomar todas aquellas aficiones que hayamos dejado aparcadas durante las vacaciones, y quién sabe quizás es el momento de descubrir alguna nueva.
Existe un gran número de personas que se toman el mes de septiembre como si fuese el comienzo de un nuevo año y hacen propósitos, al igual que tantas otras el día de Año Nuevo.
Así pues, es un momento ideal para fijarte en una nueva meta en tu vida personal o profesional que te permita desarrollarte como persona. Este objetivo te ayudará a afrontar la vuelta a la rutina, estar más motivado de cara al otoño y encararlo con una nueva perspectiva y energías renovadas.
La “mentalidad veraniega” o relajación estival es un fenómeno bastante difícil de explicar pero que casi todos podemos percibir.
Incluso la gente que tiene que trabajar durante el verano, nota que en los meses estivales existe un cierto cambio en la actitud vital de las personas (aunque por supuesto esto depende del tipo de trabajo).
La gente suele estar más relajada, tomarse las tareas con más calma y, en general, está en un estado de ánimo más elevado. Este estado de ánimo está influenciado, sin duda, por el buen tiempo que hace en los meses de verano. No obstante, si hacemos un esfuerzo podremos prolongar las buenas vibraciones durante todo el año.
Esto no quiere decir que te relajes respecto a tus obligaciones o hagas tus tareas con menos diligencia. Lo que este consejo persigue es básicamente que te tomes la vida con filosofía, intentes estar tranquilo el máximo tiempo posible y disfrutes de la vida todos los días.
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