La muy célebre dieta mediterránea es considerada una de las grandes estrategias para mantener una buena salud a cualquier edad. Conoce sus increíbles beneficios.
Propia de algunos países del sur de Europa -como España, Grecia e Italia- la dieta mediterránea está basada en un elevado consumo de productos frescos, aceite de oliva y un reducido consumo de carne. Sus beneficios han sido probados por multitud de estudios científicos y está considerada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
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¿Quieres conocer todos los secretos de la dieta mediterránea? ¿Deseas saber qué beneficios reporta para tu salud? Podrás saber todas estas cosas y muchas más en el siguiente post.
La buena salud de un pueblo pobre
En 1948, el epidemiólogo Leland G. Allbaugh se hallaba estudiando el modo de vida de los habitantes de la isla de Creta, en Grecia. Para su sorpresa descubrió que la salud de los cretenses era mucho mejor que la de sus compatriotas norteamericanos, sobre todo en lo que a enfermedades del corazón se refiere.
A pesar de vivir una vida mucho más dura debido a la escasa mecanización de la agricultura de la isla, los isleños disfrutaban de una salud de hierro y una esperanza de vida sin parangón a pesar de la pobreza inherente al lugar.
Para explicar esto, Allbaugh recurrió al estilo de vida y la alimentación. En Creta, las personas realizaban mucho ejercicio físico al trabajar, y consumían ingentes cantidades de verduras y pescado, lo que parecía protegerlos de las temidas enfermedades coronarias. Allbaugh denominó a este estilo el modo mediterráneo “the mediterranean way” y popularizó la dieta a lo largo y ancho del mundo como modo de proteger la salud cardiovascular.
Los secretos de la dieta mediterránea
La dieta mediterránea está basada en el consumo de ciertos productos y de cierta manera. Podemos destacar los siguientes:
Gran consumo de frutas y verduras frescas. El templado clima mediterráneo es propicio para el cultivo de estos productos, y es muy habitual hoy en día tener huertos con frutales y hortalizas en muchas zonas del sur de Europa.
Uso del aceite de oliva como grasa principal. Sin duda alguna, el aceite de oliva es el protagonista de la dieta mediterránea, siendo la principal fuente de grasas saludables –como el Omega 3- de este modelo de alimentación.
Consumo alto de pescado fresco. España es tras Japón el mayor consumidor de pescado fresco del mundo, lo cual nos da idea de la importancia de este alimento para la dieta mediterránea. El consumo de pescados azules como el boquerón, la sardina o el bonito es considerada una fuente de proteínas más saludable que la carne. Sin duda alguna, el aceite de oliva es el protagonista de la dieta mediterránea, siendo la principal fuente de grasas saludables –como el Omega 3- de este modelo de alimentación. En España, hay 32 denominaciones de origen protegidas de aceite de oliva para garantizar la calidad de este alimento que, según los dietistas y nutricionistas, es preferible comerlo en crudo.
Alimentación basada en cereales no refinados como el trigo. El consumo de pan es una constante en la zona mediterránea, considerado un básico en la alimentación de cualquier hogar.
Estilo de vida activo. El hecho de que el sur de Europa haya sido tradicionalmente agrario y poco mecanizado frente a un norte más industrial, hacía que sus habitantes se viesen forzados a realizar esfuerzos físicos considerables al aire libre como parte de su trabajo, lo cual evidentemente es bueno para el corazón. Además, es hasta cierto punto común una tradición que a veces pasa desapercibida: la del paseo vespertino por la ciudad o pueblo.
Consumo moderado de carne roja. Cuando se realizaron los primeros estudios referidos a la dieta mediterránea, hace aproximadamente medio siglo, la carne era un producto de lujo en muchos hogares del sur de Europa por lo que apenas se consumía. Por esta razón, la salud cardiovascular de la gente era considerablemente mejor, algo que con el aumento de la renta media ha cambiado.
Consumo moderado de vino tinto. En el sur de Europa es hasta cierto punto común acompañar las comidas con un vaso de vino tinto. El vino es considerado (siempre en cantidades moderadas) como un excelente cardioprotector y antioxidante. Aunque ojo, hay estudios que contradicen esto y no recomiendan el consumo de ningún tipo de alcohol aún en pequeñas cantidades.
Como hemos visto anteriormente, el estilo de alimentación mediterráneo está basado en el consumo de frutas y verduras, prevalencia del aceite de oliva como grasa para freír, consumo moderado de vino tinto y pescado como fuente de proteínas.
La alimentación mediterránea tiene por tanto múltiples beneficios, donde destacan los siguientes:
Evita un envejecimiento prematuro de las células. La dieta mediterránea es rica en antioxidantes, debido a la gran cantidad de vitaminas que se ingieren a través de los productos frescos como frutas y verduras. Esto contribuye a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas y el deterioro cognitivo asociado a la edad.
La ingesta de aceite de oliva y grasas omega 3 procedentes del pescado son excelentes reguladores del metabolismo. Participan activamente en la eliminación de toxinas de nuestro cuerpo, lo cual mejora el funcionamiento general del mismo.
Según algunos estudios, reduce la probabilidad de padecer Parkinson.
Evita sufrir diabetes debido a que una alimentación rica en hidratos de carbono complejos y aceite de oliva hace que los niveles de glucosa de nuestro cuerpo se regulen.
El consumo moderado de grasas previene la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, bajando los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.
Mejora la esperanza de vida. Los países de Europa meridional donde tradicionalmente se practica la dieta mediterránea tienen algunas de las esperanzas de vida más elevadas del mundo, destacando en este aspecto España e Italia.
Disminuye la prevalencia de diversos tipos de cáncer. El elevado consumo de productos frescos contrasta con el abuso de comidas precocinadas del norte de Europa. Esto previene de manera determinante la aparición de ciertos tipos de cáncer.
Como hemos podido ver la dieta mediterránea tiene numerosos beneficios para nuestra salud. Si deseas aplicarla correctamente solo tienes que recordar consumir gran cantidad de productos frescos y poco procesados, utilizar el aceite de oliva como grasa principal para freír y evitar el abuso de carne.